Your ass used to be beautiful
Eso le dice
Sam Jackson a Robert De Niro en Jackie
Brown. Lo mismo le podríamos decir a Blog de Cine.
Para estar
informado de las últimas novedades, para ver tráilers y avances, para descubrir
filmografías semi-clandestinas, para saber qué opinan sobre la película que
acabas de ver, para debatir con otros lectores y para cuestionar las
impresiones propias y así ampliar el círculo de nuestro entendimiento, para incorporar
herramientas antes no usadas a nuestra tarea de comentador de películas o textos,
para obtener datos desconocidos, para conocer otras revistas o focos de
reflexión sobre cine, para enfadarse un poquito o alegrarse otro poquito: para
todo eso es útil frecuentar Blog de Cine.
De título poco
esmerado, este blog colectivo hace tiempo que renquea. El núcleo duro lo
conforman Alberto Abuín, Juan Luis Caviaro, Mikel Zorrilla y Pablo Muñoz. Lucía
Ros se encarga de cine español y Sergio Benítez, que en su momento le dio un agradecido
tratamiento de desfibrilación, ha vuelto hace poco después de un paréntesis. “Añorando estrenos” es el nombre que le dio Alberto
Abuín a esa sección casi obligada que, fiel, puntual, aparece en las revistas de
autoría compartida donde se rescatan títulos antiguos, directores desconocidos
o filmografías injustamente infravaloradas. “Hay más cine ahí fuera”, título de
resonancias noventeras y más concretamente mulderianas, es el generoso espacio
dominical, compartido por todos los colaboradores, donde pasan lista a lo que
se ha ido escribiendo sobre cine en otros paraderos de la red. Tiene también su
particular apartado de necrológicas, y hacen encuestas para saber qué opinamos
sus lectores sobre el sueldo milmillonario de Scarlett Johansson, o para que
debatamos en la sección de comentarios sobre los intérpretes menos rentables
del año en curso. Con esto, grosso modo, el esqueleto y la personalidad del blog
ya están configurados. Lo que necesita ahora es un cambio.
Algunos
participantes irascibles, algo explosivos, han atacado el carácter un poco
tontorrón y sobre todo la intrascendencia absoluta de estas encuestas, y los
autores del blog se defienden arguyendo que es información y que el blog está
para reseñar pero también para difundir todo lo relacionado con el cine. De
acuerdo: pero nada aportan estas encuestas, no tienen ninguna vocación crítica
ni de difusión de conocimiento: son pura nada. Una tontería que lo único que pretende es captar lectores a través de las herramientas facilonas del cotilleo. (Se les nota en este sentido una actitud
interrogante a Caviaro y a Zorrilla: ellos lideran este apartado). También es
abusiva la multiplicada presencia de tráilers y teasers. No por el hecho en sí
de colgarlos, sino porque suelen ir acompañados de un textito que nos incita a
verlos y opinar, y nada más. Bien: sería recomendable un texto que cuestionase
y que diseccionase lo visto en el tráiler. O que lo contextualizara de manera
más o menos ilustrativa. Sí, nadie obliga a nadie a leer estas cosas, pero eso
no es argumento para defender el vicio de colgar inanidades. Inanidades como la
primera imagen de una película que saldrá de aquí tres años cuando se acabe la
postproducción de la secuela que están ideando los seis guionistas de la
precuela del clásico de turno de los años setenta. Estas pseudonoticias son a
la crítica de cine lo que la prensa rosa a la prensa general. Se agradecería algo
más de reflexión.
Alberto Abuín
lleva casi diez años escribiendo en Blog de Cine. De fuerte personalidad,
atrevido y moderadamente provocador, tiene en su sección de rescates su mayor
fuerte. Es un gesto arriesgado escribir sobre una película del año 41 de Delmer
Daves que nadie ha visto, y él lo hace con total naturalidad, como si estuviese
escribiendo sobre cualquier otra película de conocida trayectoria crítica. Gracias
a él hemos visto películas que antes desconocíamos. Gracias a él hemos leído
con otros ojos sobre directores que creíamos superados por el tiempo. (Inciso:
la mejor crítica de Gravity es suya. Me
encantó la lectura que hizo de la película, con una interpretación creativa que
no me esperaba y que, desde entonces, domina mi recuerdo de la película). Y es
valiente escribir sobre cine antiguo en un medio en el que el número de visitas
o la cantidad de comentarios que genere tu entrada es la vara de medir el
éxito. El éxito es un guarismo elevado. Y a Abuín le da igual. De todos modos,
parece que escriba de prisa y corriendo, sin trabajar demasiado la escritura,
la prosa, y aunque en muchos de sus textos encontremos ideas interesantes no
es, en general, un crítico brillante, lo que se diría verdaderamente brillante.
Sí tiene personalidad y es valiente, y al menos no incurre en la ya
insoportable manía de colgar pequeñas noticias irrelevantes. Se ha
especializado en necrológicas y ha escrito unos cuantos especiales sobre
western o cine negro, siempre curiosos y agradables de leer.
Con Juan Luis
Caviaro y Mikel Zorrilla la cosa es más delicada. Han caído en la más laxa
autoexigencia (esto es, ausencia de la misma), y rara vez escriben una reseña y
todavía más rara y única es la vez en que esta es interesante o aporta un punto
de vista medianamente diferente. No digo que no sean capaces de escribirlas;
digo que la relación reseña trabajada/texto irrelevante es de una descarada desproporción en favor de lo olvidable.
Tampoco usan el corrector ortográfico y también parece que escriban con prisa.
La riqueza léxica de un Jordi Costa o la prosa, llena de meandros y recodos, de
un José Luis Guarner, no les mejora como críticos, pero sí que los hace más compactos y seductores y admirables. No pasa esto si hablamos de Zorrilla o
Caviaro. Les sigo leyendo pero no hay nada nuevo nunca en nada de lo que dicen
o hacen. Pareciera que han perdido la vocación. En su texto “Birdman y la
crítica”, de dos párrafos, Caviaro hacía mención a la escena en la que Michael Keaton se acerca
a la temida crítica de cine para desgranar una pequeña reflexión sobre el papel
del crítico. Simplemente dice que sobran los críticos virulentos. Nada más. Pues muy bien.
Lo que estuvo
claro es que la llegada salvadora de Sergio Benítez fue vista por todos como
eso: lo que necesitaba, para reanimarse, un blog anémico y narcotizado. Benítez
me gusta. Tiene un estilo algo recargado, y en ocasiones un poco solemne, como
cuando emplea las fórmulas “el que esto suscribe” o “servidor”, pero me gusta. Además,
pasa como con Vicente Luis Mora: lees sus textos y les ves a ellos trabajando
duro para poder escribirlos. Aunque documentados a veces en exceso (se intuye el uso de la Wikipedia por la proliferación de datos tan exactos como innecesarios),
sus textos son siempre una alegría por la mañana. Y se agradece (y admira) su decidida
perseverancia. Su especial de cine cienciaficcionesco ha sido y sigue siendo un
gratificante paseo por el género, como también lo fue, para mí, su especial sobre
James Cameron o Robert Zemeckis.
Y con Pablo
Muñoz llegamos al que para mí es el mejor crítico del blog. Además, me gustan
sus gustos. A veces peca de rápido y de dar por sentadas ciertas cosas, y de no
pasar el corrector, pero son pecadillos francamente disculpables. Estamos ante
un autor que lleva muchos años escribiendo mucho sobre cine (y literatura), y
ha demostrado tener un pensamiento sólido, original, y lo ha sabido expresar
con una escritura refrescante. Y ha sabido ver con originalidad y, sobre todo,
con argumentos, las gracias escondidas de películas que, de no ser por su
visión de las cosas, no hubiera sabido ver. Menos prolífico que sus compañeros
(aunque más que Lucía Ros), Pablo también trabaja sus textos y ha escrito
algunos de los mejores artículos del blog. Cuando se lo propone, destaca.
Útil para
muchas cosas, Blog de Cine, de título que no siempre cumple lo que promete, es
muchas cosas, pero necesita un revulsivo. Hay que abandonar ya la costumbre de
colgar noticias y encuestas y teasers de la última película de Channing Tatum. O
hacerlo pero acompañarlo con un poco de esfuerzo. Y si buscamos el origen de su merecido desprestigio
actual (solo hay que leer los comentarios de casi cada entrada), lo
encontraremos anclado en la desidia de algunos de sus autores.
Muchas gracias, querido. Mejorar será el objetivo.
ResponderEliminarMuchas gracias Mario por la parte que me toca. He llegado aquí tras tu comentario en la entrada de 'El silencio de los corderos' y tomo buena nota de esos apuntes sobre mi prosa que —asumidos y compartidos— intentaré mejorar.
ResponderEliminarGracias a ti, Sergio. Un placer que te hayas pasado por aquí.
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