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Entrevista a Daniel G., divulgador del misterio


Quedamos en una terraza no particularmente cómoda de La Barceloneta. Una caña. Unas bravas. La grabadora. El sol de finales de invierno.


¿Cómo entraste en este mundo?

La verdad es que fue de manera bastante sencilla, sin que tuviese nada que ver con experiencias personales de ningún tipo. Todo se remonta a cuando tenía aproximadamente 10 años, más o menos, cuando iba a casa de un primo mío bastante aficionado a estos temas y, como muchas veces él no estaba en casa, y me aburría escuchando las reuniones de familia, yo curioseaba su habitación y allí comencé a descubrir revistas como Enigmas, Año Cero o Más Allá de la Ciencia. Por entonces, también daban Expediente X en Telecinco, serie a la que rápidamente me aficioné. Durante algunos años, mi interés por lo quizá mal llamado “oculto” no fue más allá de la curiosidad, del morbo y las inquietudes de la pubertad. Fue ya a partir de los 17 o 18 años cuando comencé a escuchar programas como Milenio 3 o La Rosa de los Vientos y a documentarme seriamente sobre estos temas; cuando digo seriamente me refiero a bibliografía especializada, más allá de las mencionadas revistas comerciales, que se quedan muy cortas para el lector mínimamente avezado en la materia. Y de ahí, en pocos años, acabé en la radio, primero como colaborador en algunos programas en Ràdio Sant Boi y Ràdio Despí, y luego, en 2008 y junto con un viejo amigo biólogo, decidimos dar el paso hacia la autonomía y creamos nuestro propio programa: Terra Incognita, en Ràdio Despí. Y ahí seguimos, dando guerra.
            De todas formas, si te parece, antes de seguir con la entrevista me gustaría hacer una breve advertencia o puntualización en cuanto a “lo oculto”. Como he dicho, a veces la nomenclatura es un problema. Oculto es reminiscente de ocultismo o esoterismo, temas de los que en muy rara ocasión hablamos, ya que son asuntos difícilmente contrastables; pertenecen más al terreno de la fe o lo mágico que no a lo investigable. Las etiquetas siempre son reduccionistas. De lo que hablamos, simple y llanamente, es de asuntos que, o bien permanecen sin explicación en la actualidad, o asuntos más complejos de lo que habíamos creído o se nos ha querido hacer creer, normalmente casos relacionados con el mundo del poder político o económico y la manipulación social.



¿Qué opinas de la labor de difusión que hace Íker Jiménez de estos temas? ¿Y de él como investigador?

Bueno, Íker realiza un programa radiofónico en Cadena SER desde hace bastantes años, y otro, el más conocido por el público general, en la cadena Cuatro. Esto, especialmente en el segundo caso, hace que se deba a un factor del que pende su supervivencia, la audiencia; con lo cual, a menudo para el espectador experimentado, muchas de las exposiciones o reportajes pueden parecerle cuando no pobres, directamente sensacionalistas. Y es que si no lo fuesen, perdería audiencia. Esto no es en absoluto una defensa del sensacionalismo, simplemente una invitación a considerar los productos en su contexto. Probablemente, si Íker trabajase en La 2 de TVE haría un programa mucho más profundo y especializado, pero trabaja para Cuatro, una cadena marcadamente comercial, cada vez más, y se le pide una cuota de audiencia exigente. No obstante, Íker, aparte de ser un mago de la comunicación, ha sido siempre muy astuto. Si uno ve su programa, se puede dar cuenta de que los temas más serios e interesantes aparecen siempre combinados con temas más “llamativos” y menos “serios” o profundos en cuanto al tratamiento recibido, que puedan cazar a un espectador más mainstream, que solo busque un rato de entretenimiento. Además, ha sabido darse empaque con la habitual presencia de invitados de lujo. Invitados entre los que se cuentan científicos, periodistas, psiquiatras, criminólogos y otros profesionales entre los más reputados de España.
En cuanto a su faceta de investigador, yo diría que hace ya bastantes años que no se le puede considerar como tal. Sí que es cierto que en los años 90 Íker realizaba investigaciones de campo para distintas revistas temáticas y escribió algunos libros como Enigmas sin resolver que sirvieron para que mucha gente conociese parte de la casuística española. Ahora bien, hace ya tiempo que se ha convertido más bien en lo que llamaríamos un periodista divulgador que dispone de un equipo de reporteros que se dedican a investigar para el programa y de un nutrido grupo de colaboradores que a menudo comparte y divulga sus investigaciones personales en Cuarto Milenio. En definitiva, Íker es una figura que ha sido clave para que las personas de mi generación  hoy en día nos encontremos en el meollo. Probablemente, sin él, además de otros divulgadores actuales, no hubiese saltado la chispa de la motivación entre nosotros.


¿La literatura del género es respetada en España?

Imagino que por literatura he entender ensayos o no ficción que trate dichos temas. En ese caso he de decir, que como en cualquier país, a nivel general no es que no sea respetada: sencillamente es que ni se tiene en cuenta o se desconoce. Eso en general. Ahora bien, dentro del círculo de los que sabemos y podemos demostrar que no hablamos de chorradas ni banalidades sino de cosas que realmente ocurren, digamos que hay distintos tipos de literatura en la materia: las obras de investigación serias, que se aproximan a dichos asuntos de una manera rigurosa y contando siempre con la presencia del conocimiento científico como apoyo y mecanismo de contención con la voluntad de comprender lo (por el momento) desconocido, y la literatura “hooligan” o “creyente”, que parte de unos axiomas dados, hipótesis no demostradas convertidas en creencia desde las cuales se construye un discurso. De todas formas, la mejor bibliografía, especialmente la del primer tipo, (personalmente, la única que suelo tener en cuenta), proviene del mundo anglosajón y el mundo germánico


¿Qué opinas de la recepción de estos estudios en el ámbito universitario? ¿Podrías compararlo con el de otros ámbitos del panorama europeo?


La relación de la investigación en el campo de lo paranormal (percepción extrasensorial, telekinesis, etc) o el fenómeno OVNI -los únicos campos que, a mi juicio, resulta imprescindible que sean investigados aplicando el método científico- y el mundo universitario es complicada y controvertida. Hay varias universidades españolas que han permitido que se realicen distintas investigaciones y experiencias en laboratorio pero siempre sin ir más allá de lo que digo, el permitir, el ceder el espacio, los medios, pero hasta la fecha, la iniciativa y la financiación siempre ha sido privada. El caso es que en España la parapsicología no se reconoce, al contrario que en EE.UU, Alemania, Holanda, Rusia, o Reino Unido, donde existen universidades donde se imparten cátedras en parapsicología. El hecho de que en España no se reconozca no significa que uno no pueda realizar investigaciones, o pedir a universidades españolas que analicen pruebas en laboratorio. Si uno paga, se le analizan sin problemas los objetos aportados en cuestión. Lo que ocurre, por otra parte, es que, a menudo, muchos charlatanes se quejan de que las universidades no llevan la iniciativa ni se prestan de manera altruista para el análisis de pruebas. Quizá esgriman tanto la baza de la “negativa” científica porque si pagasen lo que se les pide por el análisis, seguramente obtendrían unos resultados que contradirían las vehementes “verdades” que anuncian a bombo y platillo.


¿Qué tipo de literatura reseñáis en vuestro programa? ¿Os interesa algún género en particular?

La verdad es que reseñamos tanto ficción como no ficción. Mayoritariamente, es cierto que los libros que reseñamos consisten en ensayos o investigaciones, aunque también es cierto que recomendamos la lectura de muchas obras de ficción pertenecientes al género fantástico o de ciencia-ficción. Hemos recomendado autores de ficción como Philip. K Dick, Stephen King, Stanislav Lem, Jacques Chessex, Umberto Eco, los hermanos Strugatski o Tolkien. Así como a autores de no ficción como Victoria Cirlot, Michio Kaku, Jesús Callejo, Carlos Canales, Joscelyn Godwin, o Richard Tarnas, entre otros. Es por ello que las editoriales que más aparecen en nuestro catálogo suelen ser Edaf, Atalanta, Minotauro, Gigamesh, Nowtilus, o Siruela.



¿Si tuvieras que recomendar una serie o una película que fuese más o menos fiel al mundo de lo oculto cuál sería?

Dentro de las licencias que se permiten en el mundo de la ficción, yo recomendaría tres películas, Nos miran, Communion (mediocre pero muy representativa del absurdo que casi siempre acompaña al fenómeno OVNI), y Fire In The Sky, estas dos últimas basadas en casos ocurridos realmente (con esto no quiero decir que la naturaleza real  de lo que vivieron realmente los testigos sea lo mismo que las conclusiones que sacaron o las interpretaciones que hicieron los testigos de dichas vivencias, asunto muy controvertido y clave en la investigación del fenómeno). Por lo que respecta a series, dos imprescindibles: Expediente X y Twin Peaks.  Por recomendar alguna actual: Fringe.



Pagamos las consumiciones. Damos una vuelta por el barrio. Empezamos a hablar de otras cosas. Me cuenta que una vez, en una librería de viejo, encontró una antología de poesía de ciencia ficción titulada Sci-Fi Poetry, pero que, por una de esas cosas, no la compró. Días después, cuando al fin se decidió, el libro había desaparecido. Seguimos caminando hasta el Bar Leo, que está cerrado, y no entendemos por qué. Luego, cada uno se va por su lado. Perdura el sol de finales de invierno. Eso es todo.

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