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Certeras visiones de la vida

Empiezas a ver la película e imaginas que lo que te espera es aventuras cándidas, mucho sol y aprendizajes edificantes. La empiezas a ver y piensas, incluso, que es el primer western al que podría aplicársele el calificativo de cursi. No sé, piensas. Piensas: ¿Qué está pasando aquí? Además -te dices-, uno de los protagonistas es Lee Marvin. Y cursi y Lee Marvin han sido desde siempre conceptos netamente antagónicos. La película avanza y pasan cosas. Vale, ahora sí.

1974

Richard Fleischer en The Spikes Gang nos depara una sorpresa. (En castellano se tradujo como Tres forajidos y un pistolero). Tres jóvenes amigos, inocentes y algo ingenuos, toman una decisión: huir, cada uno por sus motivos, de sus hogares (inhóspitos). El catalizador del viaje es Lee Marvin, que despierta en ellos las ganas de conocer mundo. Marvin llega al pueblo herido de bala. Los jóvenes amigos lo esconden en el granero de uno de ellos, lo cuidan y le salvan la vida. Queda eternamente agradecido, y promete ayudarles si alguna vez se cruzan sus caminos. Quedan fascinados por esa vida errante y aventurera.

Cuando huyen, todo es felicidad e ilusión. Pero pasan los días y el hambre aprieta, la suciedad se enquista, el insomnio aparece. Hasta que se encuentran a Marvin. Ahora es él el que ayuda. Les compra ropa limpia, les invita a comer, les paga una habitación. Marvin se va. Y ellos necesitan dinero. Y, torpes e ingenuos, roban un banco. Y ese es el primero de la serie de errores fatales que cometen. Una muerte lleva a otra y a otra y a otra. Sin maldad alguna se han caído al fondo del horror. Odiados y perseguidos por todos, hasta Lee Marvin, el antes admirado Marvin, los traiciona. Por dinero. El final es el contrario exacto del inicio. Acaba la película y queda en ti un poso de tristeza y desesperanza.

Dos detallitos:

A) El viaje es entendido en esta película como un rito de paso. Como lo que necesitan los jóvenes amigos para dejar de ser unos críos. Han pasado de ser niños obedientes y maltratados a ser unos violentos forajidos irredentos. Y esa conversión la han hecho a lo largo del viaje. En casa hubieran sido siempre lo mismo. El viaje cambia su actitud ante la vida y ante los otros, y cambia la visión que de ellos tienen los demás, y son aceptados por la sociedad. Aceptados como algo negativo y peligroso pero con la entidad y con el prestigio suficiente para formar parte de la sociedad. Aunque sea como sus presas.

B) La mitificación cegadora del héroe se desmorona por completo. La sustituye el odio (también cegador) y la rabia.

En general, y siendo, como es, un western, la película también podría clasificarse sin problemas como 'road movie' y película de aventuras. Tiene mucho de eso. (También es verdad que toda 'road movie' es una película de aventuras). Sin ser Fleischer un gran director, ni estar muy bien dirigida, al menos en la medida en que lo puedo ver o creo que lo puedo ver, la película está rodada con solvencia y buen pulso. (Con solvencia y buen pulso son los lugares comunes más extendidos de la crítica de cine. También los más irritantes y frustrantes de leer. Perdón). Con solvencia significa que es digna, que sin ser ninguna maravilla, está bien. Consigue lo que pretende y no aburre. Con buen pulso significa que no tiene altibajos. Que el final o el inicio no es marcadamente mejor o peor que el resto, etc.

Esta película: cómo nos zarandea de una emoción a otra; cómo nos baja los pies al suelo, rápidamente; y qué visión de la naturaleza humana más cruda y sombría y certera.

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