Mis 20 películas de 2019

1) El vicio del poder (Adam McKay). De nuevo McKay analizando los pasadizos del poder, con su cine analítico y encuadrado en unas coordenadas de carácter casi documental.

2) La casa de Jack (Lars Von Trier). Esta película es un saludo a Dante de la mano de Matt Dillon. Algo fuera de lo común.

3) Tres idénticos desconocidos (Tim Wardle). Un documental inquietante sobre tres mellizos separados al nacer por unos poderes ocultos que parecen sacados del cine de terror contemporáneo. Tiene la fuerza de Capturing the Friedmans.

4) Feedback (Pedro C. Alonso). Claustrofóbica y perturbadora, esta ópera prima se atreve a encerrarse en un espacio cerrado y apretarle las tuercas a los personajes. Hasta el delirio.

5) Dolor y gloria (Pedro Almodóvar). Un gran Almodóvar, introspectivo y tristón.

6) Identidad borrada (Joel Edgerton). Una película sobre el autoritarismo, la imposición de una voluntad sobre otra, sobre la coerción y la violencia.

7) Toy Story 4 (Josh Cooley). Un, hasta el momento, último capítulo muy bonito. 

8) Los muertos no mueren (Jim Jarmusch). Que Jarmusch se meta con el cine de zombies es un gesto de frescura que no esperaba. 

9) En los 90 (Jonah Hill). Un nostálgico lugar en los años 90 lleno de skaters, hip hop y primeros coqueteos con la realidad adolescente.

10) Utoya, 22 de julio (Erik Poppe). Angustia. Tensión. Soberbio manejo de la cámara subjetiva. La matanza terrorista de Utoya, Noruega, vista, o sufrida, como si estuviéramos ahí. No quiero recurrir al fácil tópico de decir que no es para todos los públicos, pero quizá, en este caso, dado el trazo del director, y el tema que retrata, sí se pueda decir con algo más de fundamento de lo normal.

11) Midsommar (Ari Aster). Una rareza menos terrorífica que Hereditary, pero igualmente sugerente y, probablemente, más atrevida.

12) Érase una vez en... Hollywood (Quentin Tarantino). No sé si diríamos de Tarantino que hace películas bonitas. Tiene tramos, en Jackie Brown, que lo son, como esa relación entre Pam Grier y Robert Forster, pero no diríamos que lo bonito caracterice su cine. Esta es, sin embargo, su película más bonita. Lo que nunca tendría que haber pasado, en su película, al menos, no pasa. 

13) Infierno bajo el agua (Alexander Aja). La sorpresa veraniega que transcurre en alta mar de este verano. 

14) El hoyo (Galder Gaztelu-Urrutia). El Hoyo tiene ese carácter distópico, quizá un poco simplón, pero igualmente iluminador, de una película como High-Rise.

15) Klaus (Sergio Pablos). La primera producción española de Netflix es esta animación tradicional, una delicia navideña. 

16) Perros de presa (Adrian Panek). No es la típica película de hombres lobo, ni la típica película sobre el holocausto, porque comparte cosas de las dos. Impresionante. 

17) El irlandés (Martin Scorsese). Menos por el uso del CGI como efecto rejuvenecedor, esta película es de Martin Scorsese. Salen mafiosos. Pero es sobre la vejez, el paso del tiempo y sobre cómo cambian las relaciones.

18) La luz de mi vida (Casey Affleck). Une Hijos de los hombres y La carretera en una película de guion impecable, con una fotografía sucia y desoladora, propia de los mundos postapocalípticos, de su soledad y su violencia latente. 

19) El traidor (Marco Bellocchio). Auténtica película de mafias absolutamente recomendable. Ninguna objeción.

20) Joker (Todd Phillips). Tiene la osadía de mezclar Taxi Driver y El rey de la comedia. Gran papel de Joaquin Phoenix y, aunque no sea el mejor espectador del cine de superhéroes, creo que Joker, al no serlo del todo, es la mejor de todas.