Etiquetas

Mostrar más

Recuperando viejos textos VI: Sobre 'Tiempos muertos', de Roger Wolfe

Esta reseña tendría que haber salido en The Barcelona Review, en noviembre de 2009, pero por algún motivo se quedó en el tintero. ¡A saber!

Ya lo advierte Roger Wolfe en la nota previa: “El hombre que escribió estas páginas se encontraba entonces en el fondo de un hoyo, y no era capaz de dejar de cavar”. A través de breves textos en prosa, poco a poco, se va hilando la personalidad y la autobiografía de este gran poeta, que, como vemos, al escribir el libro, entre 2003 y 2007, pasaba por “un mal sueño”. Tiempos muertos no es el primer libro de carácter autobiográfico que publica Wolfe. Sin embargo, palidece un poco, a mi modo de ver, ante Todos los monos del mundo, recopilación de prosas publicada en 1995, más ecléctica y variada.

Pero ¿qué es, exactamente, este libro? En la página cincuenta y cinco explica que su intención ha sido mezclar el ensayo, “tal como se entiende en el mundo anglosajón, (…) con el artículo, la divagación, la estampa, el poema en prosa”. Y así es. Está en la misma línea que Entre paréntesis, de Roberto Bolaño, o La verdad de Agamenón, de Javier Cercas, o Fates Worse than Death, de Kurt Vonnegut. Comparte la naturaleza miscelánea de estas obras.

En la primera parte del libro, en el ensayo que le da título, revela una serie de opiniones sobre la escritura y el oficio de escritor que sugieren un nuevo enfoque sobre la interpretación de su propia poesía. Wolfe entiende la escritura como una forma de estar en el mundo, con todas las consecuencias que ello implica. Esto significa: nada es desperdicio para el escritor. Literalmente: “Para el escritor no existe la basura. Sólo existe el combustible”. De ahí que en su poesía haya una fortísima presencia de la cotidianeidad y del conocido ‘realismo sucio’ popularizado en la literatura norteamericana por Raymond Carver y Charles Bukowski. Hasta en sus tiempos muertos el escritor recoge material para poder escribir, sea esta una operación voluntaria o no, aflore más tarde en sus textos o no.

Por otra parte, al lector que le guste la actitud irreverente de sus poemas, su dureza, su manera de ver el mundo (más amarga que la de su admirado Bukowski) reconocerá, al momento, la voz del poeta. La contraportada asegura que la de Wolfe es una prosa de un “inaudito coloquialismo culto”. Significa que no tiene ningún reparo en utilizar argot, en escribir como se habla y no como se escribe, sin que riña, jamás, este uso del lenguaje coloquial con el rigor de sus argumentos. Los textos, es verdad, no tienen la profundidad ni la capacidad conmovedora de su poesía, pero invitan a conocer a otro Wolfe. A un Wolfe que nos puede hablar de literatura o de su estado de salud, o de urbanismo y depresión.

Al escribir, por ejemplo, sobre la tradición literaria española, insiste en que lo hace desde su condición de extranjero. Sorprende esta postura en un autor que sólo ha escrito un libro en inglés: Days Tangled in the Mud. Este distanciamiento voluntario podría ser una justificación para escribir frases como: “De hecho, la poesía española, o mejor dicho en lengua española, es de las más fecundas y brillantes de toda la historia de la literatura universal”. Suposiciones aparte, lo interesante es que atribuye, a los escritores de habla hispana, preeminencia en el género poético sobre los demás géneros. Sí, cierto, con Cervantes nace la novela moderna, pero “no por ello deja de ser España un país fundamentalmente de poetas”. (Más tarde especifica que habla de la contribución del idioma a la historia de la poesía universal).   

Como curiosidad, no está de más apuntar el uso divertido que hace del pie de página. No lo destaco por lo que pueda tener de importante, o novedoso, sino por lo que tiene de ameno, por una parte, y, por otra, por lo que tiene de autocrítico. El Roger Wolfe de 2008 o 2009, critica, desde la retaguardia del pie de página, al Roger Wolfe de 2003 a 2007, corrigiéndole a veces, justificándole, contradiciéndole, estableciendo un diálogo consigo mismo que enriquece el conjunto del libro.

Tiempos muertos inaugura la colección de narrativa de la editorial Huacanamo, que ya publicó en 2008 Noches de blanco papel, la poesía completa de Roger Wolfe hasta 2001. 

Yo creo que empieza con buen pie.


Comentarios

Entradas populares