Etiquetas

Mostrar más

Los veinte primeros textos

Como ya dije, las entradas, en su mayoría, pecan de excesivamente cortas. Y las ideas podrían estar mejor desarrolladas. Lo dije en la "Antología de opiniones sobre el blog".

He releído el blog del primer al último texto y no he percibido ningún cambio significativo. He visto que me precipito un poco a la hora de colgar los textos; he visto que si los dejase reposar unos días más podría quemar algunas de sus imperfecciones y colgar versiones más elaboradas. También he visto que el blog es un formato que te lo permite todo. Tienes toda la libertad del mundo para escribir lo que quieras, como quieras, cuando quieras. Esa es a la vez su ventaja y su desventaja. El contrapunto a tanta libertad es un problema que surge no del formato sino de uno mismo: el nivel de autoexigencia decrece, decrece, se vuelve laxo y, en poco tiempo, desaparece. Es fácil caer en esas cosas. También he visto que no he sido consecuente con una de las entradas. (Aunque tampoco hay que dramatizar). Hace meses escribí el que me parece es el texto más breve del blog, donde denunciaba lo absurdo que es utilizar las palabras "film", "link" o "mail" cuando en castellano ya existen palabras que designan esas realidades. No he dejado de referirme a ésto, sea lo que sea, como "blog", cuando, siendo consecuente con lo dije en aquel momento, podría perfectamente utilizar la palabra bitácora. Palabra de origen marítimo o marinero.

Algunos de los textos que más me gustan son la reseña de James Ellroy, los apuntes sobre Oficio de tinieblas 5, de Cela, el párrafo sobre las marcas, y tres más.

El más flojo es el texto sobre Brando y Sinatra. Ya advierto, desde el mismo título, que "es la entrada chorra del mes", pero no es suficiente. El problema de esa entrada es su existencia. Pero no la borro porque ya me gusta que Queridos Amigos sea una colección de textos con altibajos. Con sus inconsistencias y sus incongruencias. Está bien que así sea.

Poco después de la muerte de Sábato murió Jorge Semprún. Pensé en escribir algo sobre él, como ya hice con Gonzalo Rojas y con Sábato, pero no quise que la bitácora pareciese, aunque solo fuera por unas semanas, la sección de necrológicas de cualquier diario.

Cada vez me siento más cómodo escribiendo aquí, pero sé que aún me quedan unos meses para acostumbrarme del todo a escribir tanto textos cortos como largos. Tienen que ser textos redondos. Redondos en el sentido de que sean pertinentes, que digan algo -lo que sea- pero algo razonado y argumentado y bien escrito y bien estructurado. Esa es la mayor carencia de este blog esta bitácora.

Comentarios

Entradas populares