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Cinco lecturas de amor

La mejor prosa de Vázquez Montalbán está entre las páginas de El pianista. En orden cronológico inverso, la novela abarca tres generaciones sesgadas por la guerra. El amor perdura. La decadencia física no puede con el amor. Con tesón, con calurosa y cándida fidelidad resiste el amor de los protagonistas a las agresiones de su tiempo, a sus decepciones, a sus fracasos, a sus traiciones de sí mismos.

En Matadero cinco dejó Vonnegut claro que si no te gusta esta realidad, invéntate otra que te plazca más y sé feliz en ella. Pilgrim, heroico protagonista de la novela, se va muy lejos de casa para por fin encontrarse con el amor de su vida, Montana Wildhack, que será también feliz por primera vez y por amor. 

Harold Bloom dijo que Moby Dick no es una novela sino un poema épico en prosa. Así que Cinco horas con Mario es un poema de amor en prosa. Cuando al final del monólogo de Carmen entendemos el porqué de todas sus quejas, el sentimiento de culpa por haber torcido un poco la fidelidad de su amor por Mario, sabemos que estamos ante un caso de amor herido, que solo un amor verdadero puede sentir tal cantidad de culpa. 

La casa de Bernarda Alba, por supuesto, tiene que estar aquí. El amor que lo es todo. En este caso un contramor asesino. "Déjame que el pecho se me rompa como una granada de amargura". Los personajes de Lorca arrojados a las inclemencias del amor. Pero como también dice Lorca: Lo triste también es bonito. 

Este punto quinto tampoco es un libro sino un recuento encendido y sin pensarlo mucho de otras lecturas de amor que bien podrían ganar el primer premio en cualquier lista de lecturas de amor. El secreto del orfebre, de Elia Barceló, es una novela muy corta de amor y viajes en el tiempo. Una estructura circular que encierra el infinito. Ya mencioné también la novela En algún lugar del tiempo, que leí en un viaje a Roma, que, como la anterior, es una historia de amor en el tiempo. La mente de Richard Matheson, el autor, ideó la que es en mi opinión la más creíble, factible y plausible manera de viajar en el tiempo, basada en la memoria. Un cuento de Tiptree, donde el desconsuelo es recompensado con un amor alienígena muy feo y a muchos años luz de la Tierra pero que es mío y me corresponde y me hace feliz por primera vez. Y la poesía de amor de Neruda y de Anne Sexton, de Carlos Drummond de Andrade, de Miguel Hernández y Roberto Juarroz, todas ellas abrasivas lecturas de amor. Hace tiempo que leí estas cosas. Puede que mi recuerdo haya modificado algunos pasajes, algunos detalles, pero yo diría que aún brillan por la noche estos poemas de amor.

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